Esta es la versión definitiva de la comunicación para las V Jornadas Universitarias: la construcción del Conocimiento en la Investigación Formativa. Es posible que venga ligeramente revisada para respetar en el límite de palabras impuesto por la UVIC acerca de la extensión de las comunicaciones, sin embargo en el blog este límite no lo tenemos, así que la publicamos tal como la hemos redactado nosotræs:
Construyéndonos como investigador@s bricoleures en el programa de doctorado Artes y Educación
Autor@s: Mariane Abakerli, Carla Abreu, Enrico Beccari, Toni Carrasco, Helga Correa, Luthiere Dalla Valle, Débora Gaspar, Fernando Hernández Hernández, Ana Paula Luz, Alfred Porres Pla, Fermín Soria, Lilian Ucker.
Estudios de Doctorado Artes y Educación, Sección de Pedagogías Culturales
Facultad de Bellas Artes
Universidad de Barcelona
1. Resumen de los objetivos, contenidos y metodología de la investigación
La comunicación que proponemos tiene su origen en la propuesta, planteada por Fernando Hernández, de integrar en los estudios de doctorado Artes y Educación (2010-2011) un seminario de lectura centrado en el libro de Joe L. Kincheloe y Kathleen S. Berry (2004) Rigour and Complexity in Educational Research – Conceptualizing the Bricolage. El contenido de esta publicación trae al ámbito académico el concepto de investigación bricolage y del investigador como bricouleur, que es aquél que se caracteriza por no buscar explicar el mundo, sino nuestra relación con él; que considera el objeto de investigación no solo para revelar algo que no sabemos, sino que además pone en cuestión las propias posiciones académicas establecidas; que intenta investigar lo que se mantiene invisible; que aborda la complejidad y que incluye su propia manera de mirar el mundo como parte del proceso de investigación; que incorpora su subjetividad (considerando sus dimensiones: ética, epistemológica, cultural y política); que adopta multimetodologías, pues considera que son las circunstancias que dan forma a las metodologías de investigación y no algo que se impone a la realidad; que trata, además, de desarrollar miradas multilógicas sobre los fenómenos a los que se acerca.
Con este bagaje, tratamos de llevar a cabo una experiencia no sólo de 'leer' el texto, sino de ensayar una forma de lectura compartida que permitiera establecer relaciones con los proyectos de tesis, y expandir lo que hasta ahora sabíamos sobre el posicionamiento construccionista. Durante nuestros encuentros, sentimos la necesidad de registrar las reflexiones sobre lo discutido y lo aprendido a partir de los diálogos con los capítulos escritos por Kincheloe, por lo que fuimos compartiendo las reflexiones y relaciones que dejábamos en nuestros escritos no sólo en el seminario, sino de manera virtual.
De esta forma, sistematizamos nuestras experiencias de lecturas en cinco ejes, o ‘lugares’ de lectura: las conexiones con otras lecturas; los vínculos con nuestra investigación; lo que puede ser un investigador bricouleur; nosotros como investigadores bricouleures; y la dimensión política de este posicionamiento. Por medio de una metodología narrativa de investigación, construimos una narración polivocal en la que cada uno de nosotros se identifica, dialoga y cuestiona.
2. Síntesis de los resultados
A partir de este proceso de lectura compartido pretendíamos llevar a cabo una experiencia no sólo de 'leer' el texto, sino de ensayar una forma de lectura que permitiera relaciones con los proyectos de tesis y establecer vínculos con las aportaciones construccionistas.
En nuestros encuentros identificamos cuales eran los puntos en común y las diferencias, alrededor de los cuales gravitaban las opiniones que cada uno, nuestras posiciones específicas y las relaciones que establecimos, así como los conceptos que fuimos construyendo juntos.
En nuestros encuentros finales sentimos la necesidad de escribir las reflexiones sobre lo discutido y lo aprendido, y de compartirlas para luego volver al debate sobre esos nuevos textos generados a partir de los diálogos con lo que nos brindaba Kincheloe.
A partir de la lectura de eses relatos identificamos cinco ejes donde se habían cruzado nuestras narrativas:
· Las conexiones con otras lecturas
· Los vínculos con nuestra investigación.
· ¿Qué es o puede ser un investigador bricoleur?
· La dimensión política en nuestros textos.
· Nosotros como investigadores bricoleur.
Mientras hacíamos la lectura compartida del texto, íbamos construyendo un puente entre el bricolaje y nuestras investigaciones a partir de libros y artículos leídos, y también otros autores que han emergido como parte del diálogo en un proceso de construcción del conocimiento.
Percibimos que este tipo de investigación implicaba tomar conciencia de la complejidad del mundo y que eso cuestiona la posibilidad de producir resultados definitivos en nuestras investigaciones. Hemos visto que el bricouleur posee determinadas características que se evidencian en los fines que se propone, el contexto cultural al que pertenece y el que irá construyendo en el curso de la investigación.
En ese proceso repensamos nuestros posicionamientos políticos en la construcción de nuestro posicionamiento y en el relato de la investigación, estableciendo relaciones no solo con los discursos hegemónicos sino también con las voces “resistentes”, disonantes y las que están en los márgenes.
Al final reflexionamos sobre los puntos de contacto entre la perspectiva del construccionismo y la del bricolage y percibimos la relevancia de conceptos como el posicionamiento del investigador frente a la realidad. En un mundo lleno de incertidumbres, el bricoleur tiene que sostener la verosimilitud de una investigación basada en la complejidad a través del rigor.
3. Reflexiones sobre la construcción del conocimiento en la investigación, teniendo en cuenta las preguntas planteadas
Nuestro acercamiento al tema del conocimiento investigado ha sido desde lo que hasta ahora habíamos denominado como paradigma cualitativo (ahora vemos la incoherencia de esta denominación metonímica) y, particularmente, desde la perspectiva ontológica y epistemológica construccionista.
El planteamiento construccionista nos ha servido de puente con la concepción del investigador “bricoleur”, en la medida en que aborda la investigación como un proceso de negociación metodológica que “construye activamente sus propios métodos […] con las herramientas que tiene a su alcance” (Kincheloe, 2004: 2). Ambos enfoques proponen investigar con los participantes (estudiantes, tutores, investigadores y otros) y no sobre ellos; los dos buscan complejizar las relaciones existentes entre los elementos de la investigación, ya que el investigador bricoleur rechaza los determinismos sobre la realidad social y pone en cuestión las diversas variables que hay en las relaciones sociales.
Además, el bricoleur pone en juego todos los aprendizajes presentes en la maleta del investigador durante su investigación, librándole de la necesidad de colocarse con la postura clásica del investigador - es decir, aprehender de un referente externo bajo una sola disciplina. Este tipo de investigación supone un intento de superar la dicotomía objetividad-subjetividad a favor de una concepción parcial, social e histórica del conocimiento, así como del reconocimiento del lugar situado del investigador.
Las investigación considerada como bricolaje supone un proceso de continuo reposicionamiento en un mundo cambiante, donde el investigador hace emerger el rigor a partir de mostrar la complejidad de los contextos múltiples visibilizados en sus investigaciones. Buscar el conocimiento a través de la comprensión de las prácticas de subjetividades humanas implica, para el investigador bricoleur, considerar las perspectivas de distintas realidades sociales, contextos e historicidad, y estar constantemente cuestionando los discursos dominantes.
Finalmente, Kincheloe y Berry (2004: 126) apuntan la necesidad de estar atento a las manifestaciones del poder en las investigaciones, porque ninguna producción de conocimiento está libre de sus inscripciones. El bricoleur reconoce que el conocimiento no se puede desvincular de los mecanismos que lo producen: la experiencia vivida se sitúa en una encrucijada “entre el mundo social y su representación narrativa” (Kincheloe, 2004: 8), por lo que la investigación debe dar cuenta no sólo de aquello que conocemos sino del proceso a través del cual lo hemos conocido.
Si damos cuenta de este proceso y lo presentamos en estas jornadas lo hacemos desde la conciencia de que en espacios de formación como el que hemos presentado se abre la posibilidad de construirnos como investigadores. No desde la adscripción a un enfoque determinado, sino desde el cuestionamiento de nuestras propias posiciones a través de la reflexión compartida. Lo que hace que el aprender a ser investigador no sea un puerto de llegada, sino un trayecto que vamos construyendo en relación.
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